Para los políticos oportunistas, que sólo piensan en lo inmediato y a corto plazo, la educación no representa una prioridad. Tampoco lo es para los aspirantes a puestos de elección popular que sólo ven en éstos plataformas para el prestigio y el enriquecimiento personales. No están conscientes de que esa actitud fractura cualquier proyecto de futuro para el país. En ese contexto una vez más Enrique Peña Nieto toma una postura aventajada. El 21 de agosto, durante la inauguración del Centro de Capacitación de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior en Valle de Bravo, en el mismo acto en que se anunciaba el recorte de ochocientos millones de pesos al gasto educativo, el gobernador del Estado de México tomó la palabra para solicitar una mejor asignación de los recursos para la educación superior. Mientras el promedio de recursos asignado para cada universitario en el Estado de México es de apenas 117 pesos, el promedio destinado a los universitarios en el resto del país es de 3,000. aseveró. De este modo, tocó uno de los aspectos clave de la crisis educativa en México: la falta de equidad. Por otra parte, a contracorriente de las modernas tendencias para el gasto público, Peña aseguró que la crisis no debe ser un motivo para desatender la educación: "por querer resolver la situación financiera podría crearse un problema mayor estructural que llevaría muchos años atender". Una verdad tan clara y elemental como las cinco vocales del alfabeto.
lunes, 24 de agosto de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario