jueves, 18 de junio de 2009

Eruviel se pone listo




El primero en escuchar el llamado hecho por Alejandro Martí fue Eruviel Ávila Villegas, candidato priísta a la presidencia municipal de Ecatepec, Estado de México: El 17 de junio acudió al notario y firmó 26 compromisos relacionados con el control de la inseguridad en Ecatepec, la cuarta entidad más peligrosa de la República Mexicana. De acuerdo con la nota de El Universal, entre éstos se cuentan: "la creación de comités ciudadanos en las comunidades para que evalúen periódicamente el desempeño de los policías y la conformación de un observatorio ciudadano, que dé seguimiento al cumplimiento de los mismos." Parece en especial interesante su rápida capacidad de reaccionar.

Prometes y prometes



Ahora un número musical con la actriz Daniela Romo sobre el inquietante tema de las promesas incumplidas. La conclusión es sabia, a los políticos que no cumplan digámosles: "Vete. Ya no quiero verte más a mi lado".

Mi voto por tu compromiso


La idea de Mr. Enrique Peña Nieto en el sentido de que los candidatos firmen sus promesas por escrito y ante notario está cobrando una sorprendente importancia en este proceso electoral. El día 15 de junio un conjunto de organizaciones civiles mexicanas hizo un llamado a los votantes a que sólo apoyen a aquellos candidatos que se comprometan, con firma de por medio, a cumplir sus compromisos, en especial el de abatir los elevados niveles de inseguridad que afligen al país. El líder de este movimiento es el empresario Alejandro Martí, presidente del Sistema de Observación por la Seguridad Ciudadana, bajo el lema "mi voto por tu compromiso". La idea es muy interesante, pero podemos criticarle que llegue demasiado tarde en el proceso electoral: en las 3 semanas que restan antes de los comicios parece difícil que los cientos de candidatos que están participando sigan este procedimiento. Sin embargo, quienes sepan reaccionar rápidamente y lo hagan tendrán varios puntos a su favor. Sería de gran interés mantener viva esta idea para los procesos siguientes e impedir que todo se quede en mero bla, bla bla.

lunes, 15 de junio de 2009

"Prometer no empobrece"


En este contexto de promesas falsas y verdaderas, está saliendo a relucir una interesante campaña audiovisual que cuenta con su propio canal en Youtube: La factura. En ésta se presentan varios testiomoniales donde personajes bastante cotidianos se quejan de todo lo incumplido por los gobierno panistas bajo el eje de un deprimente refrán: "prometer no empobrece, dar es lo que aniquila". Los casos que se plantean allí son muy cercanos a nosotros y giran en torno al desempleo. La crítica cala hondo tomando en cuenta que el presidente actual se promocionó como "presidente el empleo". Jóvenes y personas maduras acusan: "Nos prometieron muchas cosas y no han cumplido nada". "Han jugado con las esperanzas de la gente". Estos segmentos filmados parecen un poco dramáticos y sin duda el PRI los subió como parte de su estrategia electoral, pero la verdad tocan fibras sensibles porque exhiben fenómenos que vemos a diario: un profesionista dedicado a barrendero, un joven que sólo puede vivir de limpar parabrisas, una mujer condenada a vivir lavando trastes porque su marido fue asesinado en un asalto. ¿Crees que en las próximas elecciones el PAN pague la factura de sus promesas incumplidas? Lo más emocionante es que nosotros vamos a decidirlo y vamos a saber que tenemos que, de ahora en adelante, tenemos que reclamar todo lo que nos corresponde.

No compres demagogia


La demagogia política consiste en hacer promesas inalcanzables para ganarse el favor de los electores y se considera una degeneración de la democracia. Independientemente de tus preferencias políticas, por método, descarta a quienes sólo hablan por hablar y ofrecen alcanzar objetivos absurdos sin “aterrizar” la forma en que van a cumplirlos. Prefiere a aquellos candidatos que hagan promesas realistas y que construyan un sistema para registrarlas y verificar que se están cumpliendo. Se esté de acuerdo o no con la ideología del PRI, la idea de Peña Nieto que están siguiendo los actuales candidatos es atractiva. Pero no hay que vivirla de una manera pasiva: hay que pedir a los candidatos promesas realizables y, si ganan, mantenerlos bien vigilados para que no nos hagan tontos. Es como cuando compras algo: exige todos los beneficios que te prometieron.

Compromisos de los candidatos del Edomex


Hace un par de décadas los políticos acostumbraban dormirse en sus cargos. Pero ahora, con la competencia cerrada que enfrentan gracias al avance de diversos partidos, las rígidas normas electorales y el crecimiento de la sociedad civil, se han dado cuenta que tienen qué despertar al 100% si quieren alcanzar un cargo y permanecer en él. Y en esa perspectiva las promesas y su cumplimiento representan un papel fundamental. Siguiendo el modelo de Peña Nieto, líder moral de los candidatos priístas del Edomex, éstos han establecido listas de compromisos ante notario. Al hacer lo propio, Ricardo Enríquez, candidato priísta a diputado federal por el Distrito XX, aseguró que esa estrategia “no es sólo privilegiar la confianza que la ciudadanía da con su voto”, sino “adquirir un compromiso jurídico que no puede hacerse a un lado”. Mira lo que dijo aquí. Por su parte, Ricardo Aguilar Castillo, dirigente estatal del PRI desafió a los dirigentes del PAN y el PRD en el Estado de México a que sus candidatos hagan lo mismo y aseguró que “Lo que más nos ha criticado en todo momento la ciudadanía es que no los partidos no cumplimos: priístas, panistas y perredistas”.

Voces de los electores


Este panorama no se completa si no tomamos en cuenta nuestra pasividad como actores políticos. Creemos que las promesas de los candidatos son cosa suya y es difícil que llevemos un seguimiento de si las cumplen o no. Una vez más enfrentamos nuestro mayor problema: la falta de participación. Debe quedar muy claro que la emisión del voto en los días de elecciones es sólo otra forma de participar, pero no la única. La genuina participación ocurre antes y después de la jornada. Tiene que empezar varias semanas antes confrontando a los candidatos y registrando “¿qué me estás prometiendo?”, y tiene que seguir después para vigilar que esas promesas se cumplan. Los políticos no son nuestros papás, nosotros no somos sus hijos. Se trata de personas que, durante su campaña, nos hacen una serie de ofertas que nosotros decidimos aceptar o no. Tomando en cuenta que nuestro voto y nuestros impuestos son los que los llevan al poder tenemos el derecho y estamos obligados a exigir que se cumplan esas ofertas. El proceso de vigilancia es, sin duda, complicado y es difícil acercarse al presidente o al gobernador para decirle: “oye, tú no estás cumpliendo lo que me prometiste”. Por eso podemos poner especial atención en aquellos candidatos que, siguiendo el modelo de Jimmy Neutrón, crean un programa formal de compromisos y su cumplimiento.

La idea del niño genio


Los políticos de la nueva generación están conscientes de que la incredulidad genera abstencionismo y que, aunque logren llegar al cargo que buscan, no contarán con el apoyo popular indispensable para gobernar y mantener el control político-social necesario para el funcionamiento de la entidad que tienen a su cargo. Cuando era candidato a gobernador por el Estado de México, Enrique Peña Nieto se dio cuenta de la situación y concibió una original forma de remediarla. Ésta consistió en llevar un registro sistemático de los compromisos contraídos durante su campaña (un total de 608) y depositar la lista ante un notario público (el 27 de junio de 2005). Una vez que tomó posesión del cargo, el 15 de septiembre de 2005, informó periódicamente a la sociedad del avance en el cumplimiento de esos compromisos, por medios muy accesibles, como la página de Internet del gobierno del Estado de México. ¿Qué logró con ello? Restaurar, en buena medida, la credibilidad del electorado y acrecentar su prestigio político. Fue sin duda una fórmula inteligente: hoy algunas personas pueden, tal vez, criticar al gobernador por no estar de acuerdo con sus acciones, ideas, etcétera. Pero nadie puede reprocharle que no esté cumpliendo sus promesas.

Los papeles hablan


Uno de los factores que explican la promoción del abstencionismo es la desilusión de los electores con respecto a sus candidatos anteriores. Durante las campañas éstos les prometen “el oro y el moro” y una vez que ocupan el cargo se olvidan de esos compromisos que no existen por escrito y son mera palabrería. De esta forma, a lo largo de varias décadas se ha generado una gran incredulidad con respecto a quienes ocupan los cargos de elección popular. Muchos votantes piensan: “¿Para qué votar?” o “¿de qué sirve organizar las elecciones?” y sienten una gran distancia entre el candidato y ellos. Este fenómeno se ha presentado en todos los niveles del poder: desde el presidente de la república hasta los presidentes municipales. ¿Cómo darle marcha atrás?

lunes, 8 de junio de 2009

¿Qué hacer entonces?


Este horizonte desmotiva al electorado y hasta a los candidatos. Los propios candidatos del PRI han señalado que en el Estado de México podría haber un abstencionismo de hasta 70% (ver la nota http://www.eluniversal.com.mx/elecciones/440.html). Y la pregunta que nos hacemos ahora es ¿votar o no votar? Sin duda muchos de nosotros estamos a disgusto con actores y partidos políticos y practicar el abstencionismo activo nos parece una forma adecuada de expresarlo. Sin embargo, eso tiene muchos tintes de berrinche y refleja una mala disposición a participar. Estamos olvidando que, en el tiempo actual, nuestra participación política no debe limitarse al día de las elecciones. Consiste, más bien, en cobrar conciencia de los grandes problemas nacionales y en pensar estrategias para resolverlos día a día. En hacernos escuchar por los partidos existentes, o en dar forma a opciones nuevas más sensibles y adecuadas a nuestras ideas para que, en las jornadas electorales, hallemos una oferta más acorde con nuestros intereses. Si los partidos que se están presentando a las elecciones no nos convencen es porque no hemos trabajado lo suficiente para obtener mejores opciones. Participar en las próximas elecciones es fundamental para modificar esta actitud. No se trata de llegar a las urnas y elegir por capricho o enojo. Se trata de comenzar desde ahora a estudiar los perfiles de los partidos y sus propuestas y seleccionar a aquel que, aunque sea remotamente, se vincule con nuestras ideas. El verdadero trabajo comenzará después de la jornada electoral. ¿Cómo? Siguiendo de cerca las acciones y decisiones que se toman. Haciendo oír nuestra voz y construyendo una oferta electoral más fuerte e interesante para las próximas elecciones. Abstenerse es renunciar a todo ello y escapar a una tarea que nos corresponde llevar a cabo. La principal responsabilidad de esa misión está en la juventud que debe aprovechar su fuerza y poder para transformar a México. Infórmate y emite un voto efectivo. Quizá el 5 de julio no represente la culminación de tus aspiraciones políticas, pero puede tratarse de un primer paso importante.

Una encendida polémica


Este fenómeno ha dado lugar a debates en medios impresos y electrónicos. El 7 de junio de 2009 el suplemento Enfoque del periódico Reforma se dedicó a estudiarlo e incluyó los puntos de vista de varios especialistas. Para el investigador José Antonio Crespo, del Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE): "el voto nulo es la mejor manera de expresar rechazo por el sistema de partidos". Jorge Alcocer, director de la revista Voz y voto considera que la propuesta carece de lógica: "Contra toda lógica los promotores del voto nulo postulan que sumar ceros dará un resultado positivo. Olvidan que cero más cero es cero." María Amparo Casar, también académica del CIDE, asegura "las vísceras me llevan a sumarme a todos aquellos que están en favor de anular su voto." Pero líneas más adelante, aclara: "Salvo que el único propósito sea de carácter testimonial, la opción de anular el voto es poco eficaz, tanto como acción individual como colectiva... El negocio de los partidos es llegar al poder con uno o con un millón de votos. Con esos votos gobernarán a los que votaron, a los que se abstuvieron y a los que anularon." Por su parte, José Woldenberg, ex consejero presidente del Instituto Federal Electoral asegura que: "El efecto práctico e inmediato es que otros decidirán por uno. Independientemente de cuántos votos reciban, tendremos diputados, gobernadores, alcaldes, jefes delegacionales y asambleístas. Y habrán sido electos por los votantes."

Promoción del voto nulo



El abstencionismo, en general, se considera una disfunción de la democracia. Se presenta porque la gente no está interesada en la política y, de alguna manera, permanece al margen de la participación. Los mayores niveles ocurren en los grupos sociales débiles, como las personas muy jóvenes (sin cultura política), los ancianos (que consideran que su participación ya no es importante), las mujeres dependientes o divorciadas, etcétera. El fenómeno más inquietante es el abstencionismo activo en la medida que representa una toma de posición consciente y una forma contradictoria de participación.

Rumbo a las elecciones de julio comenzaron a multiplicarse en México los grupos que promueven la anulación del voto. Comenzaron en redes sociales de internet, como Facebook, y poco a poco han cobrado mayor importancia. ¿Cuál es su propósito? Expresar su inconformidad con la oferta política actual y hacer sentir a los legisladores que resulten electos que no tienen legitimidad. La campaña incluye frases contundentes y hasta vulgares: "Anula tu voto. Yo no creo en políticos." "Tache a todos". "Yo mi voto anulo. Métanselo por el culo". "Vota en blanco". Hay también espacio para reflexiones más cuidadosas, como la del abogado Luis Manuel Pérez, responsable del sitio votaenblanco.org.mx: "El derecho a votar implica que si no estoy de acuerdo con tus opciones, no tengo que votar por el menos peor."

El fantasma del abstencionismo


Estamos a menos de un mes de las elecciones del 5 de julio. Los periódicos más importantes del país y algunas páginas de internet no mencionan, como en otras épocas, la competencia cerrada entre partidos o candidatos rivales, sino la amenaza del abstencionismo. ¿En qué consiste? En no expresar ninguna preferencia; es decir, en no votar y dejar que decidan quienes sí votan. Existen dos formas de practicarlo. El abstencionismo pasivo consiste, simplemente, en no acudir a las urnas. El abstencionismo activo consiste en acudir y realizar todo el trámite para votar, pero dejar la boleta en blanco o anularla; por ejemplo, tachando dos casillas de ésta o tachándola por completo. Ambos tipos de abstencionismo se presentan en todas las elecciones del mundo y también en las de México. El abstencionismo que más se practica es el pasivo. Lo más preocupante es cuando los niveles crecen. De acuerdo con el Instituto Federal Electoral en las elecciones de 2006 había 71,374,373 personas inscritas en la lista nominal. Sin embargo, sólo se emitieron 41,195,198 votos (alrededor de treinta millones menos). Por otra parte, se anularon 1,033,665; es decir, el 2.51%. En mayo de 2009 el periódico Reforma llevó a cabo un sondeo de opinión y halló en su muestra que: a) Sólo 42% tienen intención de acudir a votar y b) La posibilidad total de anulación de voto es de 10%, cifra que representa un peligroso avance del abstencionismo.