Hace apenas una quincena los mexicanos lamentábamos la falta de lluvias. Pero desde hace una semana los aguaceros torrenciales sobre el Valle de México provocaron un genuino desastre natural. En la zona de Valle Dorado, conurbación del Estado de México, la ruptura de un tubo del emisor poniente del drenaje ocasionó una grave inundación da aguas negras el domingo 6 de septiembre. Miles de personas quedaron atrapadas en sus hogares (el agua superó los dos metros de altura) , tres personas murieron y las pérdidas materiales son incalculables. La presencia del gobernador Enrique Peña Nieto tardó un poco (se presentó por la noche del lunes 7), pero fue efectiva. De inmediato estableció un Comité de Protección Civil para emprender acciones urgentes en la zona que volvería a visitar en sucesivas ocasiones. El desastre se convertiría, a lo pocos días, en un escenario político.
jueves, 17 de septiembre de 2009
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