Uno de los factores que explican la promoción del abstencionismo es la desilusión de los electores con respecto a sus candidatos anteriores. Durante las campañas éstos les prometen “el oro y el moro” y una vez que ocupan el cargo se olvidan de esos compromisos que no existen por escrito y son mera palabrería. De esta forma, a lo largo de varias décadas se ha generado una gran incredulidad con respecto a quienes ocupan los cargos de elección popular. Muchos votantes piensan: “¿Para qué votar?” o “¿de qué sirve organizar las elecciones?” y sienten una gran distancia entre el candidato y ellos. Este fenómeno se ha presentado en todos los niveles del poder: desde el presidente de la república hasta los presidentes municipales. ¿Cómo darle marcha atrás?
lunes, 15 de junio de 2009
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