viernes, 10 de julio de 2009

El efecto Peña



Si alguien debe estar contento después de las elecciones de este domingo, ése debe ser Don Jimmy Neutrón, mejor conocido como Enrique Peña Nieto, gobernador del Estado de México. Los analistas políticos hablaron, incluso, de un “efecto Peña”: la popularidad del gobernador no sólo influyó en las elecciones de su estado, sino en las de toda la república y, sin duda, el triunfo lo convierte en un viable candidato priísta para las elecciones de presidenciales de 2009. Con gran prudencia, cuando lo entrevistaron al respecto, Peña Nieto comentó: “El tema del 2012 no es todavía tema para su servidor. No estoy ajeno a lo que se dice, a la especulación, a las simpatías que eventualmente encontramos en distintos lugares, pero habremos de actuar a partir de tiempos y no habremos de adelantar tiempos sucesorios. Lo primero es sentarnos en el trabajo que nos toca por hacer”. A nuestro modo de ver, su carrera rumbo a la presidencia es un hecho indudable. Sin embargo, aún quedan obstáculos por vencer. Los más importantes no son los opositores externos (tan debilitados como están ahora), sino los internos, los otros miembros de su partido con sus proyectos y ambiciones por los que están dispuestos a todo. A partir de este momento Peña Nieto deberá cuidar mucho cada uno de sus pasos y, sobre todo, cuidarse las espaldas. La intensidad de la lucha por el poder irá en creciente aumento.

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